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2018 Galápagos I. Isla Santa Cruz

  • Claudia Guerrido
  • 10 ago 2018
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 21 ago 2021

Siguiendo los pasos de Darwin

Isla Santa Cruz 15 de agosto 2018

Hoy llegamos a las Islas Galápagos con mi mamá, luego de un derrotero más o menos. Salimos de casa el 13 para tener una noche previa al vuelo en Buenos Aires que se tornó casi en dos días, porque el vuelo salió a la madrugada del 15.

4:00 hs Ezeiza – Perú. Escala en Lima pero bajando del avión. Un embole….

Lima – Ecuador. En Quito retiramos equipaje, todos los controles de aduana y llegamos justito al siguiente vuelo. En realidad era tarde, ya había cerrado el vuelo y nos dejaron pasar, embarcamos últimas.

Quito – Baltra en las Islas Galápagos.

Ni tiempo para ir al baño ni comprar un agua, la bendita botellita que siempre te la quitan. En el primer tramo ofrecieron desayuno, eran las 5 de la mañana, yo no comí, sólo quería dormir, después tenía hambre y no hubo más servicio a bordo. Por suerte en el último vuelo tomamos un café y el agua de cortesía.

Llegamos, hacen unos 30º C y dicen que es la temporada fresca. Tomamos un transfer en bus ($5) hasta el ferry (cruce de Baltra a Santa Cruz ($1)). El transfer en bus hasta el pueblo ($5). Todos los precios de ahora en más en US$. En el aeropuerto pagás ($50) de entrada al Parque Nacional más ($20) de no se qué. Nos alojamos en Gecko Guest House por AirBnB.

Isla Santa Cruz 16 de agosto

Así como cuando los turistas llegan a Patagonia y se van a ver glaciares, acá lo primero que uno hace es ¡¡¡Ir a ver las tortugas!!!

Por la mañana, Miguel el padre de Alex, dueños del alojamiento, nos llevó al Rancho El Chato, da igual si vas allí o al Rancho Primicias, están uno al lado del otro. En el camino paramos en Los Gemelos, son formaciones de lava que parecen cráteres, se formaron por el flujo de lava que al enfriarse, colapsó. Es un senderito corto, muy bien señalizado, recorres un bosque de Scaletia pedunculata Fam. Asteraceae, son compuestas arbóreas, yo le saqué fotos a unas flores pero no son las de este árbol. Qué macana, y están solo en ese lugar, un endemismo super localizado.

Antes de llegar al Rancho El Chato ($5) ya empezás a ver las tortugas por todos lados, con las vacas, confunde un poco, es que es una finca. Antes de ingresar te ponés unas botas de goma, no sé si para que uno no se ensucie con el barro o para que no les dejemos porquerías que vienen en nuestro calzado…. En la finca tienen ganado y producen café, ¼ kg. ($10), muy rico y es de los pocos productos netamente locales, vale la pena llevarse uno.

Entrás por unos túneles de lava, se formaron igual que los gemelos, por flujo de lava pero aquí el techo no colapsó, entonces te metes dentro. Mi mamá estaba hecha toda una exploradora. Después te dedicás a ver tortugas, grandes, chiquitas, machos, hembras, que te miran, que te ignoran o esconden la cabeza.

Las fincas tienen aproximadamente 200 hectáreas (ningún parecido con mi tierra). Primero encerraban vacas, chivos y caballos salvajes que habían quedado de la época de los exploradores. Ahora las fincas tienen animales de raza. A las cabras las eliminaron casi en su totalidad por disposición de parques nacionales, ahora los invade la mora. Uno de los trabajos de Miguel cuando joven, fue matando chivos. Ahora sigue cazando pero sólo para la época de las fiestas, dice que aún quedan, pero hay que caminar bastante.

Miguel nos contó que los colonos llegaron a las islas en la década de 1930, el turismo comenzó después, a mediados de los ’80, una década más tarde que en Patagonia. En la isla Isabella habían instalado una cárcel, donde sólo queda el Muro de las Lágrimas. ¡Qué parecido a Ushuaia!, una isla remota para los convictos.

Sobre las tortugas nos contó que en marzo ponen los huevos cerca de la costa, a unos 3 km de las playas, hacen un pozo, orinan y dejan allí sus huevos. En la arena de las playas ponen los huevos las tortugas marinas. Están bien organizadas ellas.

La madera que utilizan para muebles y carteles es de Cedrela, un árbol introducido de muy buena calidad.

La excursión en taxi con Miguel nos costó ($45), luego nos dejó en el pueblo en los kioskos para que almorzáramos, comimos pescado frito con camarones y de acompañamiento arroz, ensalada y patacones (plátano frito). Los jugos naturales son una delicia, yo quería probarlos todos. ($25)

Por la tarde visitamos la Estación Biológica Darwin, todo es Darwin acá. Es un predio enorme, no alcanza medio día para recorrerlo. La entrada al parque nacional incluye este ingreso. Tienen una muestra de todas las poblaciones de tortugas de todas las islas, las reproducen y reintroducen a su sitio original. El sistema es muy similar al de cría de cocodrilos, yacarés, etc., son reptiles y de acuerdo a la temperatura de incubación nace un macho o una hembra. Cuando salíamos de la Estación Biológica unos niños en bici se detuvieron y nos preguntaron -¿les gustó? Sí, hermoso –respondimos, -viven en un lugar muy bello, ¿saben?, -sí, pero hay desventajas -¿por qué? Pregunté –internet es muy lenta –eso me causó un poco de risa -¿qué más? Le pregunté –y cuando hay viento fuerte los barcos no pueden llegar –ah, entonces quedan aislados –y pueden ser varios días, -nos quedamos pensando y se fueron. Totalmente conscientes de que viven en una isla.

Isla Santa Cruz 17 de agosto

¡Tomamos un taxi acuático!, para ir a Las Grietas, $1.6 me dijo el lanchero y le di 4 monedas de 1. –Eso es mucho –me detuvo un ecuatoriano –vale $0.8 cada uno. –Ohh, gracias. Luego nos indicó cómo llegar hasta las Grietas y nos agregó algunos comentarios en el sendero sobre la sal que extraen de las lagunas, después se adelantaron. Las Grietas son dos paredes altísimas con agua dulce o más bien salobre cristalina. Le gente llega con su snorkel y hasta se ponen traje de neopren porque encuentran el agua fría. Nosotras nos sentamos a la sombrita a dibujar el paisaje. De regreso, en la playa de los alemanes nos refrescamos las patas, se forma como una piscina con arena blanca. Nosotras somos como gatos no nos gusta mucho el agua, esto de ser patagónicas es una desventaja, como dijo el niño de la bici.

Cuando estábamos esperando el taxi para regresar se nos acercó un muchacho, también en bicicleta. –Spanish or English –preguntó, -español, dijo mi madre, -ah son de Argentina, -nos cazó el acento al toque, ni dos palabras habíamos dicho. -¿Esperan un taxi? –sí, -tienen que silbar o se quedarán aquí todo el día y chifló. Embarcó con nosotras y su bicicleta, se presentó y nos preguntó de qué parte de Argentina éramos, -¡de Patagonia! dijo sorprendido, eso debe ser maravilloso. Nos mostró el hotel donde trabajaba al lado del muelle y nos invitó a tomar un cocktail cuando quisiéramos. Intercambió contactos con mi mamá y yo le dije que podía trabajar en un hotel en nuestro pueblo, el trabajo es igual en todos los sitios turísticos, agregué.

Nos tomamos un helado, yo uno de café y coco, mi mamá uno de kiwi y maracuyá y nos fuimos a la laguna de las Ninfas. Es un sendero para conocer sobre los manglares, hay dos especies allí Rhizophora mangle (manglar rojo) y R. (manglar blanco). Ya de regreso al alojamiento compramos un tour para mañana y todos los transfers entre las islas.

Cuando salimos de Las Grietas los hombres que anotan el registro de visitantes nos preguntaron si nos habíamos bañado (si nos habíamos metido al agua querían decir, bañaditas estábamos). Les contamos sobre nuestra limitación y como resulta raro para alguien que vive a esas latitudes que una persona le tenga miedo al agua, les mostré fotos del invierno que tenía en el celu, unas con nieve y otras patinando sobre el hielo. ¡¡¡Abrían los ojos sorprendidos!!!

Cenamos en los kioskos, hay platos entre $5 a $25 para una langosta. Si vas a probar langosta esta isla es el lugar.

Isla Santa Cruz 18 de agosto

Por la mañana fuimos al tour de Bahías ($30) estupendísimo. Son trayectos cortitos en una lancha y paran para ver animales, caminás y si querés podés hacer snorkel, ellos te dan las máscaras. Visitamos canal del amor y canal de las tintoreras, son tiburones, no pude calcular el tamaño, había entre 8 – 10 muy quietitos. Vimos iguanas marinas, dos piqueros de patas azules, una garza, aves fragata y pelícanos. Los lobos marinos están en el puerto esperando que los alimenten y los cangrejos rojos se llaman Sallapas, de pequeños son negros.

En la parada para snorkel nosotras nos quedamos, ya saben de nuestro problemita, y el capitán nos preguntó por qué no íbamos a ver las tortugas. Luego de las explicaciones del caso nos dijo que él nos podía acompañar, en realidad a mí, porque mi madre está con un ojo operado. El último punto de la excursión era para visitar Las Grietas, que ya habíamos ido caminando, entonces nos podíamos quedar en la lancha y el capitán me explicaría lo del snorkel, yo hice una vez en mi vida pero no muy bien, tenía miedo. Luego de una explicación teórica, con máscara y chaleco, salimos, me llevaba de la mano, fui muy tranquila, sólo dos veces tuve que sacar la cabeza porque sentía agua dentro de la máscara. En un momento estábamos justo arriba de una tortuga gigante, bella, muy bella, y vimos un tiburón tintorera. Miles de peces de colores, estaba feliz de haberme animado a meterme al agua.

Por la tarde caminamos a playa Tortugas, con arenas blancas en playa Brava y un paraíso en playa Mansa. Pavada de lugar eligen las tortugas para poner sus huevos. Las playas son libres solamente no podés caminar en el borde donde desovan, el resto es de uso público, podés llegar caminando por un sendero tipo pasarela un poco largo o en taxi acuático.

 
 
 

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