2019 Sudáfrica II
- Claudia Guerrido
- 7 may 2019
- 3 Min. de lectura
Centro y sur del país
Mountain Zebra National Park 27 de mayo
Tan sólo llegar al parque y a 5 minutos del ingreso vimos dos rinocerontes!!! (una madre con su pequeño, ya crecidito pero por el tamaño del cuerno se veía que era un pequeño). Se detuvieron para las fotos y se alejaron.
Nos alojamos en una cabaña preciosa y justo a tiempo porque parece que va a llover.
Rein se fue temprano por la mañana a recorrer caminos para 4x4, nosotras nos quedamos a descansar, yo caminé por un sendero de trekking, unos 2.5 km dentro del predio cercado, muy lindo el paisaje, y las plantas tenían sus cartelitos con los nombres. Por la tarde recorrimos un sector del parque en la camioneta. Ahora nos vamos a cenar al restaurante porque la lluvia no para y Rein no puede hacer fuego.
Chita trakking!!!
Dos horas recorrimos diferentes caminos en el vehículo abierto, muertos de frío, (el ambiente estaba muy húmedo después de la lluvia). En un punto, el guía nos dijo: continuamos de a pie, en fila india, desenfundó el arma y nos dio algunas indicaciones de cómo reaccionar ante el chita cuando lo encontráramos. Por un momento se me vino la realidad encima: caminando en Africa, con depredadores que pueden estar detrás de cualquier arbusto. ¿Por qué uno se embarca en semejante aventura?
La señal de radio se escuchaba en todas las direcciones igual, está en esta zona, dijo. Íbamos y veníamos, subíamos y bajábamos, y en un instante lo vi, echado, agazapado, orejas bajas, muy cerca, demasiado cerca, sus ojos me paralizaron. Rein detrás, yo solo decía “acá” y señalaba con mi dedo. El guía regresó, iba delante, y comenzó a retroceder, hizo seña que lo siguiéramos. A una distancia prudencial, le hicimos todas las fotos, no nos quedamos mucho tiempo, dijo el guía, no queremos molestarlo, ahora está relajado, el chita se había echado sobre la espalda y se revolcaba como un gatito.
La excursión casi se cancela por mal tiempo, éramos sólo Rein y yo, pero el guía nos llevó de todos modos, caminamos en todas las direcciones y ya nos estábamos volviendo cuando lo vimos, ¡Yo lo ví!. Fue increíble estar tan cerca de un gato de estos.
Otros animales que vimos: Chita, Black-back Jackal, Gemsbok, kudu, Red Hartebeest, Blesbok, Black Wildebeest, Vervet Monkey, Eland, Cape Buffalo, Springbok, Cape Mountain Zebra, Ground Squirrel, Scrub Hare, Baboon
Aves: Ostrich, Pale chanting Goshawk, Blue crane.
Por la tarde recorrimos otros caminos del parque y el que nosotras no habíamos hecho para 4x4, allí estaban los rinocerontes nuevamente, pero al parecer era otra hembra con una cría más pequeña. Nos cansamos de buscarlos en otro parque y acá los vimos dos veces sin esperarlos…
Por la noche asadito infaltable y a dormir para partir temprano.
Garden Route – Tsitsikama Section 29 de mayo
Un largo día de ruta pero llegamos antes de las 3 de la tarde, muy temprano para hacer el check in, tenemos una mini cabañita: Forest Hut para dos y Rein en la carpa nuevamente. Mientras esperábamos fuimos al pueblo () a comprar provisiones, el tiempo está precioso, sol y muy calmo. Es un típico destino de playa con casas de verano y hoteles y alojamientos por doquier. Mi madre sorprendida todo el tiempo.
30 de mayo
Hoy Rein fue a visitar amigos, se encontraba con Zanetta, nosotras nos fuimos a la playa, tomamos mate, casi solitas frente al Océano Índico, arenas blancas y unas olas gigantes. Regresamos por un sendero de trekking hacia el rest camp, entre una vegetación casi selvática. Almorzamos y descansamos. Cuando regresó Rein escuchamos unas aves, eran los Turacos, había cinco, los teníamos marcados en la guía de aves para buscarlos, endémicos de este lugar. Son bellos, verdes como loros, tienen alas rojas y azules cuando vuelan, ojos que parecen maquillados, un copete que termina en gotitas blancas, son grandes pero imposibles fotografiarlos con la luz del atardecer y en movimiento.
Knysna Elephant Park 31 de mayo
Como no vimos elefantes en la naturaleza entramos a este parque, es un santuario donde adoptan elefantes huérfanos y los crían hasta que pueden ser trasladados a un parque nacional, reserva, etc. Ahora hay diez, uno de ellos nació aquí. La excursión consiste en darle de comer a los elefantes, tocarlos y caminar con ellos. Muy lindo y sorprendente poder tocar un gigante de estos, mi mamá feliz!!! Y nosotros también, porque superó ampliamente las expectativas, los elefantes tienen bosque nativo para merodear y esconderse si no quieren interactuar con los turistas. Cada elefante tiene su cuidador. Hay un centro de interpretación con la historia relacionada a la caza de estos gigantes animales y cómo estuvieron al borde de la extinción. Hace investigación científica y tienen un programa de voluntariado. Impresionante el lugar, muy recomendable.





































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