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2022 Paso del Viento

  • claudiaguerrido
  • 30 jul 2022
  • 3 Min. de lectura

Sin Viento 4, 5, y 6 febrero

Después de muchos intentos y cancelaciones de fechas, (por mal tiempo, porque Rein no podía, porque yo no podía, etc.), ¡¡¡ logramos coincidir con Juan (el guía), nosotros y el buen tiempo!!! Fueron tres días alucinantes con viento ausente, temperatura perfecta y un timing a nuestro ritmo.

El primer día, a mí me mató la mochila, y eso que llevábamos lo mínimo e indispensable. Juan llevaba nuestra carpa, calentador y cenas. Siempre me costó cargar peso, camino 12 horas pero sólo con mi cuerpo y agua. No poder cargar una mochila te limita para poder ir un poco más allá. Rein y yo parecemos estar en buen estado físico, comparado con el resto de los mortales, pero en el mundo de la montaña nuestro límite está muy bajo.

Mientras caminaba sentía calambres en todos los músculos de mis piernas, tenía que detenerme por el dolor. Pensaba que no iba a llegar, pero en 6 hs estábamos en el campamento, Rein también llegó cansado. Primer día cumplido, no lo podíamos creer. Y el aliciente para el segundo día era que iríamos sin mochila. Eso es un decir, porque sólo dejamos la bolsa de dormir y la colchoneta, el resto: abrigo, vianda, agua, arnés, crampones, seguían en la mochila.

Segundo día: tirolesa, trekking sobre el hielo y Paso del Viento. Rein y yo solos, sin el apoyo logístico y conocimiento del lugar de Juan, no hubiéramos llegado. El primer desafío, bien temprano fue la tirolesa, pude cruzar sin miedo, porque sabía que estaba bien sujetada con un buen arnés. Rein dice que él sabe, pero nosotros no tenemos ni un mosquetón, y alquilar equipo no siempre es lo más recomendable, cuando de eso depende tu vida. El cruce fue exitoso, teníamos cuatro espectadores esperando. Luego Juan nos llevó por adentro de un cañadón por donde trepamos bastante y sin darnos cuenta ya estábamos en el glaciar Túnel inferior. Caminamos con crampones todo el borde del glaciar, mucho más que un minitrekking para Rein. La ruta normal va por la morena del glaciar, muy aburrido.

Después fue subir, subir y seguir subiendo. Yo pensaba: qué suerte que ya no había flores, porque me hubiera quedado a vivir allí, con esas vistas imponentes y una vegetación altoandina en todo su esplendor, necesitaría un par de días para hacer fotos de flores. Volveré: ¡ pero en helicóptero ! Por el sendero íbamos nosotros, los 4 de la tirolesa y un francés. Pensé que nos dejarían atrás, pero no, llegamos casi juntos a Paso del Viento, asique tan mal no andaba yo con mi ritmo lento. Parábamos a tomar agua y Juan nos indicaba si aún quedaba un arroyito más adelante para no llenar toda la botella, porque cada gramo de peso, cuenta. Las vistas desde Paso del Viento son más que maravillosas, nos quedamos una hora allí, disfrutando, haciendo fotos y descansando. Sin poder creer el día espectacular que nos tocó, con cielo azul y sin viento.

Yo me preguntaba por qué no llegaba más gente, el campamento estaba lleno, los cruzamos cuando comenzamos a descender. Salieron tarde, al mediodía, a pleno sol, muchos iban agotados con sus mochilas enormes, con zapatillas de ciudad, sin sombrero, sin bastones de trekking, sin anteojos para el sol. Me sorprendió lo mal equipados que iban la mayoría para dar la vuelta Huemul. Nosotros regresamos al campamento después de 12 hs de haber salido.

Tercer día: regresamos por camino conocido, con menos peso (sólo la comida desaparece) y con unas nubes que nos reparaban del abrazador sol patagónico. Muy agradecidos a Juan que nos acompañó y esperó en cada descanso, a Rein que finalmente se decidió a caminar, a mi cuerpo que se lo bancó a pesar de los calambres y cansancio y a la ¡¡¡ bella Naturaleza que nos regaló un buen tiempo inmejorable !!!

 
 
 

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